La esperanza de vida o expectativa de vida es la media de la cantidad de años que vive una determinada población absoluta o total en un cierto período. Se suele dividir en masculina y femenina, y se ve influida por factores como la calidad de medicina, la higiene, las guerras, etc, si bien actualmente se suele referir únicamente a las personas que tienen una muerte no violenta.
La esperanza de vida al nacer es una estimación del promedio de años que viviría un grupo de personas nacidas el mismo año si los movimientos en la tasa de mortalidad de la región evaluada se mantuvieran constantes. Es uno de los indicadores de la calidad de vida más comunes, aunque resulta difícil de medir. Algunos economistas han propuesto usarlo para medir el retorno de la inversión en el capital humano de una región por organismos o instituciones internacionales.
La definición de esperanza de vida del PNUD (ONU) es la siguiente:
«Años que un recién nacido puede esperar vivir si los patrones de mortalidad por edades imperantes en el momento de su nacimiento siguieran siendo los mismos a lo largo de toda su vida».
Aunque la media mundial es de 71,4 años (en 2015), existen grandes diferencias entre las distintas zonas del planeta. En Europa y América del Norte la media es de 73 años, en Oceanía es de 71 años, en Latinoamérica es de 70 años, en Asia es de 61 años y en África es de 55 años.
Según el informe anual de la ONU, los Estados con menor expectativa son Zambia con 37,5 años, la República Centroafricana con 39,3 años, Malaui con 39,7 años y Sierra Leona con 40,8 años.
Los de mayor expectativa son Andorra con 83,51, Japón con 82 años, España con 81 años, la región de Hong Kong, China con 81,6 años, Islandia con 80,7 años y Suiza con 80,5 años.
Esperanza de vida en el mundo: una perspectiva comparativa
La estadística por continentes (promedio por países):
2000 – 2005 | años de vida |
Europa | 78,4 |
América del Norte | 77,6 |
Oceanía | 74,0 |
América Latina | 71,5 |
Asia | 67,3 |
África | 49,1 |
Media Mundial actual | 71,4 | 2015 |
(Por Cecilia Yáñez – Diario La Tercera)
«En la actualidad la «Esperanza de vida en Chile llega a los 80,5 años, la más alta de Latinoamérica. En las mujeres, la expectativa es de 83 años, y en los hombres 79, según informe de la OMS.
«Solo 29 países en el mundo superan los 80 años de expectativa de vida. Chile es uno. Según el informe Estadísticas Mundiales de Salud: Analizando Salud para los Objetivos de Desarrollo Sostenible entregado ayer por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el país es el más longevo de Latinoamérica, y el segundo de América, tras Canadá.
«Sergio Lavadero, director del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (Accdis) señala que son varias las razones que explican esta situación, como el acceso a alcantarillado, al agua potable, el fin de la desnutrición y el sistema de salud que pese a las críticas que recibe, frente a estas cifras, no es tan malo.
«Para el jefe del Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI), Fernando Muñoz, la planificación familiar y las vacunas también ayudaron a que hoy vivamos más años. Con la planificación familiar hubo menos multiparidad y menos embarazos seguidos entre sí. Eso impacta en las expectativas de vida. En los años 60 si un niño pasaba el primer año de vida, ya había ganado más de cuatro años de expectativa de vida porque el riesgo de morir en ese periodo era muy alto, dice Muñoz.
«Las vacunas también hicieron los suyo: antes de la incorporación de la vacuna del sarampión al plan de inmunización en 1963, el 30% de los niños menores de un año que moría era producto de esta enfermedad.
«A nivel mundial, la OMS destaca que en promedio se logró aumentar la esperanza de vida al nacer en cinco años entre el año 2000 y 2015, cuando la humanidad pasó de vivir un promedio de 66 a 71,4 años (73,8 años para las mujeres y 69,1 para los hombres).
«Pero las diferencias entre países ricos y pobres persisten. Así cómo hay 29 naciones que pasan de los 80 años, otras 22 apenas superan los 50. Estas mismas diferencias se dan al interior de los países entre ricos y pobres, dice Lavandero.»